La Técnica Alexander enseña a que tú tomes el control de tu uso a través de la «inhibición» y la «dirección». Los hábitos subconscientes salen a la luz y puedes decidir sobre ellos. Puedes elegir si quieres que se ejecuten o no, si quieres romper con ese patrón automático y en su lugar razonar un plan más adecuado, si quieres parar y pensar. Esta libertad dentro de la actividad es una clase de libertad que no nos solemos dar y que tiene muchas repercusiones. La manera de ejercitar esta libertad es a través del acto de razonar, del pensamiento usado de una manera muy diferente a lo que solemos entender como pensamiento abstracto.